«Todavía no lo he asimilado. Estoy en medio de una vorágine». Son palabras de Roberto Carranza, piloto que entra en la historia del automovilismo local al ser el primer vallisoletano que va a tomar parte en el Rally Dakar, la prueba más dura y exigente. Todo le ha venido rodado. Junto a su copiloto, el madrileño Juan Carlos Fernández, se ha proclamado campeón de España de Rallys todo terreno en la categoría T1-N a los mandos de un Mitsubishi Montero. Sin tiempo casi para celebrarlo, se ha subido al carro del raid por excelencia, el Dakar, que este próximo año se celebrará en Perú del 6 al 17 de enero.

«Son diez etapas y un solo día descanso. Hay que recorrer unos 5.000 kilómetros. Marc Coma –director deportivo del Dakar hasta la pasada edición– dijo que esta edición va a ser durísima y que no iba a haber una etapa fácil. No habrá tregua. Un 80% del recorrido será sobre arena y el 20% restante sobre pista. Una prueba que se presenta muy complicada y técnica, con muchos peli- gros en forma de agujeros. Hay d nas enormes», destaca el piloto.

Tiene claro el objetivo con el que acude al Dakar junto a su copiloto, Juan Carlos Fernández: «Debemos ir con mucho cuidado. Queremos sobre todo aprender. Esto es la ‘Champions’ de este deporte y tengo que curtirme. El objetivo es acabar. Va a ser muy importante la navegación, casi más que la conducción. Por eso, mi copiloto y yo nos vamos la semana que viene a Marruecos, al desierto de Merzauga, para entrenar. Vamos con un coche parecido al que llevaremos en el Dakar y tendremos como instructor de navegación a Gerard Farrés, tercero en motos en la edición del año pasado».

También tienen previsto realizar un ‘training’ mecánico en Lisboa o Barcelona para aprender a solventar averías leves y no tener que esperar a las asistencias.

El coche con el que disputará la prueba sudamericana es un buggy T-3FIA, un vehículo totalmente tubular, con un chasis y un motor completamente nuevos. Roberto Carranza corre con el equipo FN Speed, que concurre con cinco coches al Dakar. Su primer y único contacto con este buggy será este fin de semana en Zuera, en la última prueba del Campeonato de España de Rallys todo terreno. Estrenará el coche para rodarlo. La intención es hacer con el mismo al menos 250 kilómetros de la prueba zaragozana. Una vez acabada esta carrera, el vehículo y todo el material necesario para el Dakar saldrá por carretera hacia la localidad de Le Havre, donde el próximo viernes embarcará hacia Perú. La travesía dura un mes. «Me hubiera gustado estrenarme en el Dakar con un coche, pero el precio se iba por encima de los 500.000 euros y el equipo (Promyges Rally Team) no tiene presupuesto para ello», se lamenta.

Proyecto a tres años

Reitera que la meta no es otra que aprender lo que se cuece en una prueba de esas dimensiones. «Vas a formar parte de una ciudad rodante que cada día cambia de sitio. Debo aprender a desenvolverme entre ese glamour y esa vorágine. Quiero coger ritmo de carrera, pues se trata de una prueba que no entiendes hasta que alcanzas ese ritmo», subraya.

«Tenemos que metalizarnos que vamos a sufrir mucho. Las etapas van a ser durísimas y se nos van a hacer larguísimas. Nuestra idea es hacernos un hueco en el Dakar, ya que nuestro objetivo es competir durante tres años. En este primero queremos adquirir experiencia. En el segundo, ir con más bagaje y entrenamiento específicos, para en el último acudir con más opciones de mirar hacia arriba. Si no podemos, con toda la humildad nos volveremos para casa», indica el piloto.

Carranza menciona que lleva «veinte años rodando por Marruecos, pero esto es otra cosa. Aquí hay competición e inclemencias meteorológicas. El Dakar resulta imprevisible. Se trata de una aventura que hay que tomársela muy en serio, pues te juegas mucho personal y económicamente».

Este piloto lo tiene claro. «Este es el colofón a una carrera deportiva, después de tanto entrenamiento físico, esfuerzo económico y constantes viajes hasta conseguir ser campeón de España de raids. El tiítulo me produce incluso más ilusión que tomar parte en el Dakar», reconoce.

A la vuelta de Perú, Carranza se podrá manos a la obra para organizar la decimonovena edición de la caravana solidaria ACV Sahara Adventure. No hay tiempo para frenar.